domingo, 27 de mayo de 2012

El Tango, apunte histórico.

 

Es difícil escribir un apunte histórico sobre el tango, pero al mismo tiempo, es muy arduo eludirlo porque son muchos los que a través de estas páginas solicitan, aunque sólo sea, una ligera orientación que les ponga en la pista de este completo fenómeno cultural - baile, música, canción, poesía - que por una u otra razón atrae a tanta gente.
Aunque sobre el tango y sus figuras son muchas las cosas que se discuten y ponen en duda, es generalmente aceptado que el tango nace en Buenos Aires a finales del siglo XIX aunque algunos prefieren decir a modo conciliador, que nació a las orillas del Río de la Plata, con el fin de contentar a los uruguayos que reclaman una copaternidad del fenómeno. En un hecho de origen popular como el tango y, por tanto, de nacimiento evolutivo resulta imposible apuntar una fecha de nacimiento. Sin embargo, lo cierto es que la mayoría de los estudiosos coinciden en dar por buena la década de 1880 como el punto de partida de lo que entonces no era más que una determinada manera de bailar la música. La sociedad donde nace el tango escuchaba y bailaba habaneras, polkas, mazurcas y algún vals, por lo que respecta a los blancos, mientras que los negros, un 25% de la población de Buenos Aires en el siglo XIX, se movían al ritmo del candombe, una forma de danza en la que la pareja no se enlazaba y bailaba de una manera más marcada por la percusión que por la melodía.
Buenos Aires puerto Puerto, 1885

Musicalmente, el tango entronca en su genealogía con la habanera hispano-cubana y es August Sandepor tanto hijo del trasiego mercantil entre los puertos de lengua española de La Habana (Cuba) y Buenos Aires (Argentina). Sin embargo, estos orígenes explican poco sobre su nacimiento. Inicialmente, el tango es interpretado por modestos grupos que cuentan sólo con violín, flauta y guitarra o incluso, en ausencia de ésta, el acompañamiento de un peine convertido en instrumento de viento con la mediación de un papel de fumar y un avezado soplador que marca el ritmo. El instrumento mítico, el bandoneón, no llega al tango hasta un par de décadas después de su nacimiento, en 1900 aproximadamente, y poco a poco sustituye a la flauta.
Inicialmente, el tango debió ser un modo de interpretar melodías ya existentes, modo sobre el que fueron creándose otras nuevas que en un inicio ni siquiera contaban con una transcripción musical, ya que a menudo sus intérpretes y creadores no sabían escribir o leer música. De hecho, con el correr de los años, algunos de los primeros tangos ya transcritos no van firmados por sus autores sino por avispados personajes que sí sabían escribir música y aprovecharon el vacío existente sobre la autoría de determinados tangos celebrados popularmente, para ponerlos a su nombre y ganar con ello unos pesos.
Quizá a estas alturas del texto, alguno se pregunte sobre el origen del nombre. Es una buena pregunta, pero carece de respuesta, o lo que es lo mismo, hay miles. En España en el siglo XIX se empleaba la palabra tango para un palo flamenco, en la geografía africana hay algunos topónimos con ese nombre, en documentos coloniales españoles se usa el vocablo para referirse al lugar en que los esclavos negros celebraban sus reuniones festivas… algunos incluso dicen que el origen podría estar en la incapacidad de los africanos para pronunciar bien la palabra "tambor" que quedaría así transformada en "tangó". En fin, es una buena pregunta pero la irremisible falta de documentación escrita y el origen ágrafo del tango y sus primeros padres callará la respuesta para siempre.



Gaucho indios patagones Postales anónimas
Gaucho e indios patagones
Argentina, hacia 1870

Las cifras hablan: Argentina pasó de tener dos millones de habitantes en 1870, a cuatro millones veinticinco años más tarde. La mitad de esa población se concentraba en Buenos Aires donde el porcentaje de extranjeros llegó a ser del 50 por ciento y adonde acudían también gauchos e indios procedentes del interior del país.
En este ambiente, se comienza a bailar en tugurios y lupanares el nuevo ritmo que se asocia así desde su inicio al ambiente prostibulario, ya que eran sólo prostitutas y "camareras" las únicas mujeres presentes en las academias o perigundines.
Puesto que se trataba de féminas dedicadas en alma y, sobre todo, en cuerpo a sus accidentales acompañantes, el tango se comenzó a bailar de un modo muy "corporal", provocador, cercano, explícito… de un modo socialmente poco aceptable como se vería cuando, siendo ya un fenómeno emergente, el tango comenzó asalir del arrabal de su ciudad de origen y empezó a expandirse.
 
tango en la calle Hombres practicando
el tango en la calle

En los primeros tiempos, cuando el tango comienza a convertirse en canción, las letras que acompañan la música son obscenas y sus títulos dejan lugar a pocas dudas: "Dos sin sacarla", "Qué polvo con tanto viento", "Con qué tropieza que no dentra", "Siete pulgadas"... o incluso "El Choclo" que aunque literalmente significa mazorca de maíz, en sentido figurado y vulgar, equivale al castellano "chocho" o "coño".
De su baja cuna a su encumbramiento como baile rey en los salones del mundo occidental, el tango recorrió un curioso camino de ida y vuelta entre el Nuevo y el Viejo Continente, con una parada decisiva y brillante en París.
¿Cómo llegó allí? También en este punto las respuestas son dispares y algunas vario pintas. Determinados textos, mucho más ingenuos que eruditos, dan incluso nombres y apellidos de "la" persona responsable de este viaje. La realidad, en su extensión como en su nacimiento, parece más compleja y, sobre todo, plural.
Los "niños bien" de Buenos Aires no tenían reparos en bajar a los arrabales para divertirse, bailar y, de paso, levantarse alguna mina o alguna "milonguita" que engatusaba o se dejaba engatusar. Y para acercarse a la mujer no conocida, nada mejor que el tango. Por supuesto, el tango no era aceptable en sus casas ni bailable con las señoritas de su ambiente y por esa razón permaneció durante muchos años como algo marginal y de clase baja.
Sin embargo, los viajes de estos patricios a Europa, especialmente a París, fueron el desencadenante. París no sólo era la capital del glamour y de la moda, sino que además era una ciudad que daba cobijo a una sociedad plural, parte de la cual era alegre y desprejuiciada. Los bailes galantes de la capital francesa venían de atrás, Louis Mercier, cronista de la vida parisina escribía en 1800: "Después del dinero, hoy en día el baile es lo que más éxito tiene entre los parisinos, sea cual sea su extracción social: aman el baile, lo Jacques Henri Lartigue - Parisveneran, lo idolatran… Es una obsesión a la que nadie escapa". Si ello era así a principios del XIX también lo era a principios del siglo XX al que llegaron con una fortalecida fama locales públicos como el Bal Bullier de Montparnasse o el Moulin de la Galette. Por añadidura, el atrevimiento, a principios de siglo, no era ajeno a las costumbres parisinas, antes al contrario, algún baile anual, como el Bal des Quat’z Arts de los estudiantes, "era célebre por lo ligero de las vestimentas y por el jolgorio sexual que reinaba siempre en él".
En este contexto social no fue difícil que el osado baile creado en la capital del Plata encontrara un terreno abonado para florecer y convertirse en curiosidad al principio, en moda y furor después. Y una vez en París, el escaparate de Europa, la capital de la moda, la cuna del chic, su extensión al resto del continente primero, a todo el mundo después, fue algo sencillo y rápido. Curiosamente, es entonces, cuando Buenos Aires se mira en París, cuando finalmente el tango entra en sus salones más nobles avalado ahora por el bautismo europeo, el mejor de los pedigríes para una burguesía emergente que luchaba por hacer de su ciudad el París de América
La gloria trajo también y simultáneamente el rechazo. La sempiterna dinámica social se puso nuevamente en marcha, lo antiguo frente a lo nuevo, la censura frente a la apertura, la tradición frente a la renovación. Los detractores del tango surgieron por doquier y fueron incluso ilustres y famosos. El Papa Pío X lo proscribió, el Káiser lo prohibió a sus oficiales y la revista española La Ilustración Europea y Americana hablaba del "…indecoroso y por todos conceptos reprobable ‘tango’, grotesco conjunto de ridículas contorsiones y repugnantes actitudes, que mentira parece que puedan ser ejecutadas, ó siquiera presenciadas, por quien estime en algo su personal decencia.". La cita pertenece a esa revista española, pero resultafácil encontrar otras paralelas en publicaciones inglesas, alemanas o, incluso, francesas.
No obstante, para cuando llegó la reacción la suerte estaba ya echada: el tango había triunfado. Hubo vestidos de tango, color tango, tango-thés… el tango fue el baile rey de ese mundo de preguerra que habría de terminar muy pronto con el primer enfrentamiento armado mundial, la ascensión de Estados Unidos como potencia, el cambio de costumbres. Después, el tango siguió viviendo, nació con fuerza el tango canción que le tomó el relevo al tango baile, pero con un éxito geográficamente más restringido, el mundo, en una nueva preguerra descubrió y admiró a Carlos Gardel y al final del conflicto la supremacía de Estados Unidos desembarcó en Europa también con el swing que murió sólo para darle paso al rock.
En todos estos años el tango tiene una brillante historia de auges limitados y declives relativos y una continuada vida a lo largo de la cual se ha desarrollado tanto el baile como la música hasta llegar a un nivel de sofisticación y depuración que dejan a las claras la madurez de esta manifestación que vive ya en las primeros décadas de su segundo siglo de vida.


Lenguaje del abanico

Cuando las damas del siglo 19 y principios del siglo 20 iban a bailes eran acompañadas por su madre o por otra persona adulta, llamada "la chaperona", para velar su comportamiento. Las chaperonas eran muy celosas por lo que las jóvenes tuvieron que inventarse un medio para poder comunicarse con sus pretendientes sin ser vistas por éstas. Usaban su abanico en diferentes formas para trasmitir los mensajes que deseaban. A continuación, una version de ese misterioso lenguaje:



Si la dama se abanica sobre el pecho lentamente, significa: "Soy soltera, no tengo novio"

Si mueve el abanico en movimientos cortos y rápidos sobre su pecho: "Estoy comprometida o tengo novio, sigue tu camino"

Si abre y cierra el abanico y lo pone en su mejilla, le indica al joven: "Me gustas"

Si coloca el abanico en su sien y mira hacia arriba: "Pienso en ti de noche y día"

Si sospecha que su amado le es infiel o lo ve hablando con otra joven, se toca la punta de la nariz con el abanico, indicándole: "Algo no me huele bien"

Si camina impaciente de lado a lado golpeando la palma de su mano con el abanico: "Ten cuidado, cariñito, por ahí viene la chaperona"

Si abre y cierra el abanico y señala hacia el jardín: "Esperame allí mi amor, pronto estaré junto a tí"

Finalmente, si mira al joven sugestivamente cubriéndose la boca con el abanico, significa que le está enviando un beso, y obviamente, el joven sabe que él es el escogido.

lunes, 21 de mayo de 2012

: )





 
Regálame tu risa,
enseñame a soñar
con solo una caricia
me pierdo en este mar.

Pablo Alborán.


Fotografías: Susana Serrano y Julián Hernández.

domingo, 20 de mayo de 2012

Bonitas : )





La Carmen está bailando
por las calles de Sevilla.
Tiene blancos los cabellos
y brillantes las pupilas.

¡Niñas,
corred las cortinas!

En su cabeza se enrosca
una serpiente amarilla,
y va soñando en el baile
con galanes de otros días.

¡Niñas,
corred las cortinas!

Las calles están desiertas
y en los fondos se adivinan,
corazones andaluces
buscando viejas espinas.

¡Niñas,
corred las cortinas!

Federico García Lorca

Goyo Montero.


Contiene Goyo Montero una vasta y completa trayectoria artística, que lo sitúa como personalidad destacada de la historia de la danza de nuestro país, y sus interpretaciones y creaciones, desarrolladas junto a nombres propios de la danza, dibujan un trozo de la historia más reciente de este arte. Formado en danza clásica con Leif Onberg, danza española con Carmen Granados y el Maestro Morales, y danza moderna con Sandra Lebroq, fue Goyo Montero primer bailarín de compañías como el Ballet de Mariemma, el de María Rosa, el de Antonio Gades y los Ballets Nacionales de España, entre muchas otras agrupaciones. En 1981, auspiciado por organismos culturales de México, dirigió la compañía Madrid Teatro de la Danza, con la que llevó a cabo una extensa gira por el país mexicano. Tres años más tarde pasó a dirigir el Ballet Español de Madrid. Su trayectoria como coreógrafo es extensa y en su repertorio figuran obras para diversas y destacadas compañías de danza. Entre ellas se encuentran los montajes Mariana Pineda, creado para el Ballet Nacional de Cuba; Yerma, para el Ballet Nacional Clásico, bajo la dirección de Víctor Ullate y El Amor Brujo, dirigido y coreografiado para el Palacio de la Ópera de A Coruña. Además, Goyo Montero firma la coreografía de varias óperas como Carmen, realizada para el Festival de Salzburgo, bajo invitación del maestro Herbert Von Karajan, director de la producción. También para la Ópera de Roma, la de Montecarlo, el Gran Teatre del Liceu y el Teatro de la Zarzuela. A este último le une una relación profesional de muchos años cristalizada en varias coreografías que Goyo Montero ha realizado para zarzuelas. La Chulapona, Don Gil de Alcalá, El manojo de rosas, El gato montés, Doña Francisquita y La Rosa del Azafrán, son algunas de ellas. En el género del musical el creador firma la coreografía de Las Divinas, May Fair Lady, El diario de Ana Frank y La belleza del diablo, entre otros. La televisión y el cine también emergen en el recorrido artístico de Goyo Montero que ha dejado su impronta en ballets para televisión y películas como Beltenebros, Tu nombre envenena mis sueños, Flamenco y Reinas. De sus trabajos en televisión destaca la coreografía del espectáculo Salute, de Televisión Española, y que representó a España en el Lincoln Center de Nueva York consiguiendo el premio al mejor programa, otorgado por la asociación de críticos de Nueva York en 1991. Goyo Montero también se presenta como notorio profesor y ha impartido cursos y talleres en prestigiosos centros de danza de dentro y fuera del país.

Susana Serrano: En 1999 participa en la obra de ”Luisa Fernanda”.Director Javier Ulacia. Coreógrafo Goyo Montero. En el Teatro de la Zarzuela de Madrid y en el Teatro Calderón de Valladolid.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Por alegrías.



Foto: Delia y Nuria.

Los Vivancos.

Ya que los Vivancos son hermanos, sus creaciones artísticas siempre han estado relacionadas. Aún siendo niños los Vivancos representaban una vez al año un espectáculo completo a sus familiares. En estas inéditas actuaciones bailaban, tocaban sus instrumentos musicales, hacían acrobacias…

Durante su adolescencia actuaron juntos, apareciendo en muchos lugares del mundo: Holanda, Bélgica, Inglaterra, Québec, British Columbia, Francia, España... Sin embargo tras graduarse en el Conservatorio Profesional de Danza (Barcelona), los hermanos Vivancos decidieron separar sus caminos y reunir toda la experiencia individual que les fuera posible.

Querían triunfar individualmente antes de hacerlo juntos… Y así fue. En el año 2006 los hermanos se reunieron de nuevo y formaron la compañía que hoy es considerada el fenómeno musical escénico de esta nueva década: Los VIVANCOS.

viernes, 11 de mayo de 2012

San Isidro 2012

Pichi. ¿Qué podemos decir de uno de los chotis más conocidos y versioneados de nuestra música? El clásico indiscutible en esto de bailar sobre una baldosa lo compuso Alonso para la revista Las Leandras, escrita especialmente para la gran Celia Gámez. Sonará mucho, pero mucho, durante estos días de San Isidro.

domingo, 6 de mayo de 2012

El Barberillo de Lavapiés


 

El barberillo de Lavapiés, es una zarzuela en tres actos en verso, con libreto de Luis Mariano de Larra, hijo del famoso periodista Mariano José de Larra, y música del maestro Francisco Asenjo Barbieri. Se estrenó en el Teatro de la Zarzuela el 19 de diciembre de 1874, consiguiendo gran éxito de crítica y público.





Argumento

La acción se sitúa en Madrid, a principios del siglo XVIII.


Acto Primero
En los alrededores de El Pardo, se celebra la Romeria de San Eugenio, la cual es muy concurrida. Allí también asiste Lamparilla, un popular barbero conocido por sus aventuras, encontrándose con Paloma, una costurera, a la que pretende. En la pradera hay una casa, a la que llega La Marquesita para reunirse de incognito con un conspirador, Don Juan de Peralta, los cuales, bajo las ordenes de "La Princesa", tratan de hacer derrocar a Grimaldi para que pueda subir al poder el Conde de Floridablanca y así traer la justicia al país. Ella ha sido seguida por su prometido, Don Luis, el cual es sobrino de Grimaldi y al verla con Don Juan, se bate en duelo con él. Juan logra desarmarlo y entrar dentro de la casa, Don Luis parte a avisar a la Policía para desenmascarar el conspirador. Paloma logra reconocer a La Marquesita, y ésta le pide ayuda para salvar a Juan, por lo que Paloma le presenta a Lamparilla, el cual oye la suplica y decide ayudarla. Los policías vienen preparados a rodear la casa, pero se encuentran con una rondalla de estudiantes, la cual aprovecha Lamparilla para poder entrar en la casa y poner a salvo a don Juan. Los policías entran y se llevan a Lamparilla, entre el asombro de todos.


Acto Segundo
En la plazuela de Lavapies, los vecinos comentan la ausencia de Lamparilla, el cual se presenta por arte de magia y comenta a todos como ha sido su detención, interrogatorio y salida de la carcel. Paloma se reune con la Marquesita, dando gracias al dinero que le ha dejado para sobornar al carcelero y ésta le comenta la conspiración que hay contra Grimaldi, para hacer ver al rey la valía de Floridablanca y poder hacer un gobierno más justo. Se presenta Don Luis y habla con La Marquesita sobre el amor que se profesan, pero él está preocupado por el viaje que hará ella pronto, levantando sospechas de que pueda serle infiel con otro hombre o que esté conspirando. Paloma se encuentra con Lamparilla y hablan sobre su amor, cuando ven pasar a seis embozados que entran en la casa de La Marquesita, sospechando de que puedan ser conspiradores. Al poco rato ven pasar a Don Luis y Don Pedro, los cuales vienen a preparar una emboscada contra "La Princesa". Lamparilla y Paloma, han podido escuchar todo desde la tienda de él, y deciden hacer un plan de emergencia, llama a los vecinos con sus coplas y comenta a ellos su plan. Paloma avisa a la Marquesita, la cual logra escapar con los conspiradores. Al llegar la guardia, los vecinos atacan con piedras y palos contra ellos.


Acto Tercero
En la buhardilla de Paloma se reune el taller de costureras, las cuales cantan alegremente unas coplas mientras realizan sus labores. En ella, Paloma oculta a La Marquesita, la cual se disfraza de maja y que junto con Lamparilla, preparan un plan para huir de Madrid. Don Luis aparece también disfrazado de majo y dispuesto a ayudar en el plan. Llegan los guardias y los apresan a todos en la buhardilla, pero cuando se proceden a llevarlos llega la noticia de que Grimaldi ha sido cesado y Floridablanca es el nuevo secretario de Estado. Al final todos son libres, acabando la obra con la gran alegría de todos los personajes.

miércoles, 2 de mayo de 2012

La danza se sube a la pasarela.

El pasado 13 de Abril, los bailarines del Teatro Mikhailovsky se subieron a la pasarela para presentar los trajes de la diseñadora serbia Angelina Atlagic para la producción de “La Bella Durmiente" de Nacho Duato.

Mayo :)